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La contaminación acústica es un problema actual que afecta a muchas personas debido a su impacto negativo en el entorno de vida.

Ilse Zeemeijer, investigadora de la Inspección de Medio Ambiente Humano y Transporte (ILT), ha realizado un estudio en profundidad sobre la eficacia del sistema de permisos, supervisión y cumplimiento (sistema VTH) en el campo del sonido. La contaminación acústica es un problema generalizado que afecta a muchas personas de diversas fuentes como el tráfico, los vecinos, los aviones y las pistas de pádel. Sin embargo, a pesar de las quejas generalizadas, durante las investigaciones sobre el ruido se detectan pocas infracciones. Esto plantea la pregunta: ¿por qué se observa tan poca contaminación acústica?

Según Zeemeijer, a la gente a menudo le molestan los ruidos fuertes, como los aviones volando, el chirrido de los tranvías y los camiones que pasan. “Sin embargo, los expertos suelen evaluar las quejas basándose en promedios diarios y anuales”, explica. Esto significa que los ruidos fuertes se compensan con momentos de relativo silencio, lo que da como resultado un promedio más bajo y, a menudo, dentro de los estándares legales. Estos estándares también son bastante altos, especialmente en comparación con las directrices de la Organización Mundial de la Salud. Aunque muchos expertos consideran que trabajar con promedios es un buen enfoque, estos cálculos a menudo no reflejan la experiencia real del ruido de los residentes locales. Esto crea una brecha significativa entre la teoría y la práctica.

El ELI enfatiza que la contaminación acústica merece más atención y que existen muchas opciones para todas las partes involucradas para abordar este problema. Los supervisores y autoridades otorgantes de licencias, como municipios, provincias, servicios ambientales y el propio ILT, podrían trabajar juntos mejor y compartir conocimientos entre sí para encontrar soluciones más efectivas.

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Los ciudadanos a menudo no saben adónde acudir con sus quejas sobre la contaminación acústica. Encontrar el contador adecuado resulta ser una búsqueda. El contador y la legislación sobre ruido asociada difieren según la fuente de ruido.

La investigación muestra que la contaminación acústica merece más atención y que todas las partes del sistema tienen opciones para reducir la contaminación acústica. Las partes dentro de este sistema que participan en la supervisión y la concesión de licencias, como los municipios, las provincias, los servicios ambientales y el ILT, pueden ayudarse entre sí. Afrontando juntos los desafíos actuales, compartiendo conocimientos y aprovechando más la experiencia de cada uno.

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densidad de población

Ilse Zeemeijer destaca la importancia de un enfoque conjunto. A través de una cooperación más intensiva y un intercambio de conocimientos, los supervisores y las autoridades otorgantes de licencias pueden responder más eficazmente a las quejas y problemas relacionados con la contaminación acústica. También es crucial que las leyes y regulaciones relativas a la contaminación acústica se revisen y adapten a las realidades contemporáneas y a los consejos de salud. Las normas actuales no logran proteger la salud y el bienestar de la población.

Zeemeijer también señala la creciente demanda de vivienda, el aumento de la densidad de población y el aumento del tráfico, todo lo cual contribuye al aumento de los problemas de ruido entre ciudadanos, empresas y gobiernos. La contaminación acústica ya genera muchas quejas ante los servicios medioambientales. "Las quejas sobre la contaminación acústica a menudo no se toman en serio, aunque pueden tener consecuencias importantes para la salud", afirma Zeemeijer. Otro problema es que a menudo la gente no sabe dónde presentar sus quejas, porque las normas y las organizaciones responsables difieren según la fuente de ruido. Además, los residentes locales a veces tienen que esperar mucho tiempo antes de que se procese su queja. Por lo tanto, existen muchas áreas que se pueden mejorar en la lucha contra la contaminación acústica.

También es necesaria una mayor concienciación e información entre la población. La gente necesita estar mejor informada sobre dónde y cómo pueden presentar sus quejas. Esto se puede hacer a través de información clara y accesible. información que se facilitará a través de diversos canales, como páginas web municipales, folletos informativos y campañas. Simplificando y acelerando los procedimientos de reclamación, se puede ayudar a los residentes locales de forma más rápida y eficaz.

Otra posible solución reside en el progreso tecnológico. Técnicas y equipos innovadores pueden ayudar a medir la contaminación acústica con mayor precisión y mapearla mejor. Esto conduciría a medidas más específicas y efectivas para reducir la contaminación acústica.

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Ilse zeemeijer concluye que se necesitan acciones urgentes para cerrar la brecha entre teoría y práctica y tomar en serio la contaminación acústica como un problema de salud y bienestar. Es necesario mejorar el sistema VTH para reflejar mejor las experiencias diarias de las personas que sufren contaminación acústica. Gracias a los esfuerzos conjuntos de todas las partes implicadas y al uso de tecnologías modernas, se pueden lograr avances significativos en la lucha contra la contaminación acústica.

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