Scheveningen es uno de los balnearios más populares de los Países Bajos, donde cada año miles de turistas disfrutan del sol, el mar y la playa.
Una vista familiar en el bulevar es el tren turístico, una atracción que recorre la costa de abril a octubre. Aunque a primera vista este tren parece una encantadora adición a la oferta turística, hay una creciente controversia acechando bajo la superficie que ya no se puede ignorar.
El tren turístico operado por Boulevardtrein de Naaldwijk es un tractor y remolques de transporte de pasajeros Tschu-Tschu NTD del año 1993. Esto es notable en un momento en el que la sostenibilidad ocupa cada vez más importancia en la agenda. Muchas ciudades están tomando medidas para reducir las emisiones nocivas, por ejemplo, introduciendo zonas de bajas emisiones (LEZ) y promoviendo el transporte eléctrico. Sin embargo, el municipio de La Haya en Scheveningen parece ignorar esta tendencia. El tren del bulevar provoca una importante contaminación mediante la emisión de nitrógeno y otras sustancias nocivas.
Pero no es sólo la contaminación lo que preocupa. Otro motivo de preocupación es la vaguedad que rodea a las matrículas del tren. Dos matrículas, VL-29-FJ un gasolina TSCHU-TSCHU Suzuki tipo S 413 y VV-65-RH un TSCHU-TSCHU NTD diésel, no dan ningún resultado al solicitar información al RDW. Esto plantea dudas sobre la legalidad del tren. ¿Las placas han caducado o incluso han sido retiradas y cuál es el estado de una ITV válida?
Las preguntas sobre las matrículas, el seguro del tren o los planes para sustituirlas por una alternativa más respetuosa con el medio ambiente siguen sin respuesta
La falta de claridad se ve agravada por el hecho de que Maurice de Bruijne, propietario de Boulevardtrein, sigue siendo totalmente culpable a pesar de las repetidas solicitudes de comentarios. Las preguntas sobre las matrículas, el seguro del tren o los planes para sustituirlas por una alternativa más respetuosa con el medio ambiente siguen sin respuesta. Tampoco se aclaran los permisos ni las obligaciones con el municipio de La Haya.
Esta falta de transparencia alimenta la especulación y la preocupación sobre la legitimidad del tren del bulevar. Sin unas matrículas válidas es difícil determinar si el vehículo cumple las estrictas normas de emisiones europeas exigidas por ley. Esto plantea la cuestión de si el tren todavía puede circular por la carretera.
El tren TSCHU TSCHU, cuyas ruedas son propulsadas por un motor de combustión, se abre paso entre la multitud, a menudo ocupada, en el bulevar, donde un timbre estridente es la única señal para que los peatones se aparten. Regularmente surgen situaciones peligrosas, especialmente durante los ajetreados meses de verano, cuando el bulevar se llena de turistas y familias. Algunos ciudadanos preocupados incluso temen que sea sólo cuestión de tiempo que se produzca un accidente grave.
En otras zonas turísticas se llevan años invirtiendo en alternativas sostenibles. Los trenes turísticos eléctricos, silenciosos y libres de emisiones, han sustituido en muchos lugares a las variantes diésel. Estas iniciativas ecológicas son generalmente bien recibidas tanto por los residentes como por los visitantes, quienes son cada vez más conscientes del impacto de los vehículos contaminantes en el medio ambiente.
permitir
El hecho de que Scheveningen, como destacado balneario, esté rezagado en este sentido es notable y plantea interrogantes. Parece que ha llegado el momento de que el ayuntamiento de La Haya intervenga y exija al operador del tren del bulevar que adopte medidas de sostenibilidad. Revisar el permiso puede ser un instrumento poderoso para imponer el cambio.
Aunque el tren del bulevar alguna vez fue una encantadora adición a la oferta turística de Scheveningen, ya no encaja con la búsqueda actual de sostenibilidad. La transición a medios de transporte más limpios y silenciosos no sólo es deseable, sino también necesaria para garantizar que Scheveningen siga siendo un destino atractivo y seguro para las generaciones actuales y futuras. Sigue siendo preocupante que el operador no haya respondido hasta ahora a estos graves problemas, lo que no hace más que aumentar los llamamientos a la acción.
LEZ
La Haya cuenta con una zona medioambiental para turismos y furgonetas que funcionan con diésel. Los coches diésel viejos que emiten muchos gases de escape no pueden entrar en la zona medioambiental. La zona medioambiental para furgonetas expirará el 1 de enero de 2025. Las furgonetas entrarán entonces en la zona de cero emisiones. La zona medioambiental está indicada en la Ley de circulación por carretera. El municipio comprueba mediante cámaras y agentes de investigación especiales si todo el mundo lo respeta. Si recibe una multa, la recibirá de la Agencia Central de Cobranza Judicial (CJIB). Naturalmente, pueden aplicarse exenciones y exenciones locales a determinados tipos de vehículos distintos de los turismos y las furgonetas, camiones y autobuses.