La creciente indiferencia a la hora de respetar las normas de tráfico puede indicar un problema mayor: la falta de responsabilidad.
Parece que esto se está convirtiendo en una escena cotidiana en los Países Bajos: el caos en el tráfico, donde las reglas se ignoran cada vez más y la seguridad deja paso a la pereza. Ya se trate de ciclistas sin luces, automovilistas con los faros rotos o conductores de scooters que arrastran a los ciclistas del brazo, parece que las normas de circulación se han convertido cada vez más en una directriz no vinculante. ¿El resultado? Situaciones inseguras que no sólo causan irritación, sino que también ponen en peligro la vida.
Los ciclistas parecen ser los más criticados. La falta de una buena iluminación para bicicletas es un problema importante. Un ciclista sin luces es prácticamente invisible para los automovilistas y otros usuarios de la vía en una carretera oscura y mal iluminada. Sin embargo, innumerables personas van en bicicleta sólo con reflectores o incluso sin luces. Esto provoca situaciones peligrosas, especialmente en los meses de invierno, cuando los días son más cortos y las carreteras están resbaladizas. Por carreteras mal iluminadas, algunos incluso circulan en contra del tráfico, probablemente para ahorrar unos metros. No parece que se tenga en cuenta el riesgo asociado para ellos mismos y para los demás.
Además, los conductores de scooters que "favorecen" a los ciclistas suponen un peligro especial. Este fenómeno, en el que un ciclista se agarra a un scooter para ganar velocidad, está aumentando. No sólo crea escenas peligrosas en el tráfico, sino que también está prohibido. Sin embargo, a los perpetradores no parece importarles mucho esto. En condiciones de lluvia o resbaladizas, estas prácticas sólo se vuelven más riesgosas, con todas las consecuencias posibles.
Caos en el tráfico en las calles: las tendencias peligrosas aumentan en el tráfico diario.
Pero no son sólo los ciclistas los que contribuyen al caos en la carretera. Los automovilistas también muestran cada vez más su peor cara. Parece preocupante el aumento del número de vehículos que circulan con iluminación defectuosa. Las luces traseras rotas, las luces de freno que no funcionan o incluso los faros faltantes son cada vez más comunes. Aunque algunos defectos simplemente se detectan demasiado tarde, surge la pregunta de si el mantenimiento retrasado no juega aquí un papel importante. Para los propios conductores, esto no sólo significa menos visibilidad, sino también un mayor riesgo de accidentes para otros usuarios de la vía.
La situación en los semáforos tampoco se vuelve más segura. Cada vez más conductores parecen priorizar la prisa sobre la seguridad. Pasarse los semáforos en rojo ya no es una excepción para muchos, sino más bien un reflejo. El fenómeno en el que todo un convoy de conductores intenta “simplemente” pasar un semáforo en rojo provoca malestar y peligro para el tráfico que recibe el semáforo en verde. Esto lo sufren especialmente los peatones y los ciclistas, que a menudo no esperan que lleguen los vehículos aunque ya hayan empezado a cruzar.
indiferencia
La creciente indiferencia a la hora de respetar las normas de tráfico puede indicar un problema mayor: la falta de responsabilidad. En una época en la que todo el mundo quiere llegar rápidamente de A a B, las normas de tráfico parecen haber pasado a un segundo plano frente a las agendas personales. Esta actitud no sólo cuesta tiempo y dinero en forma de accidentes y multas de tráfico, sino que, sobre todo, pone en peligro vidas humanas.
Para detener esta tendencia, es necesaria una acción más estricta. Podrían ayudar más controles de las luces de las bicicletas, un cumplimiento más estricto de las luces rojas y campañas educativas sobre seguridad vial. Sin embargo, el núcleo de la solución reside en los propios usuarios de la vía. Todos los que participan en el tráfico, desde ciclistas hasta automovilistas, tienen la responsabilidad de tener en cuenta a los demás. Sin este cambio colectivo de mentalidad, es probable que la seguridad vial se deteriore aún más.