En un aparcamiento de camiones vigilado en Venlo se está desarrollando una situación preocupante.
Cuatro camioneros de Asia Central llevan semanas protestando contra sus empleadores, grandes empresas de transporte lituanas que les privan de los salarios prometidos y les exponen a la explotación. El sindicato FNV está seriamente preocupado por su seguridad y denuncia graves violaciones de los derechos humanos.
Los conductores que trabajan para los gigantes del transporte lituano Baltic Transline, Hegelmann y Hoptrans conducen principalmente en Europa Occidental. En lugar de un trabajo estable y un salario justo, se encuentran en una situación de inseguridad permanente. Fueron presionados para cometer fraude con el tacógrafo y mentir a los agentes de policía durante los controles. Además, se les intimida y se les enfrenta a amenazas como la retención del salario o el despido.
La situación se agravó cuando los conductores se quejaron y se unieron a un compañero que ya había sido ayudado por la policía. Buscaron seguridad en el aparcamiento vigilado de Venlo, pero tampoco allí se sintieron cómodos. Sus contratos han sido rescindidos y sus empleadores amenazan con emprender acciones legales en Lituania. Los camiones en los que dormían fueron inutilizados deliberadamente, dejando a los conductores sin electricidad ni calefacción. Para protegerse del frío utilizan quemadores de gas.

Los conductores de Venlo esperan que la presión sobre sus empleadores aumente y que finalmente obtengan lo que les corresponde: su salario, los documentos necesarios y un regreso seguro a casa. Mientras tanto, continúan resistiendo en el estacionamiento, a pesar del frío y la intimidación.
La FNV apoya la lucha de los conductores y llama a los compradores de las empresas de transporte lituanas a asumir su responsabilidad. Muchos de estos clientes son grandes empresas europeas, incluidas cadenas de supermercados y fabricantes de automóviles. Según la legislación europea, están obligados a intervenir si se producen violaciones de los derechos humanos dentro de su cadena de suministro.
Una reciente sentencia de la Inspección de Trabajo holandesa confirma que en este caso hay explotación. Anteriormente, un conductor de Uzbekistán, también empleado por Baltic Transline, fue reconocido como víctima de trata de personas gracias a la intervención de la FNV. Esto pone de relieve la gravedad de la situación y los problemas estructurales del sector.
abusos estructurales
La FNV destaca que esto No es un incidente aislado es, sin embargo, un símbolo de abusos más amplios en el sector del transporte europeo. A pesar de que existen reglas claras, las empresas de transporte fraudulentas continúan explotando a los trabajadores, a menudo con la certeza de que no serán procesados. El sindicato advierte que muchos conductores de Asia oriental y central trabajan en Europa en condiciones similares y que no se aplica la normativa.
“Esto no es una excepción, sino un patrón”, dijo un portavoz de FNV. “Los empleadores se salen con la suya una y otra vez porque los mecanismos de control fallan y los clientes hacen la vista gorda ante estas prácticas”.